ALCOHOLISMO y Biodescodificación: Conflictos de Huida, Papá y Vacío Emocional
El alcoholismo no es solo un vicio, es una respuesta biológica a un dolor profundo. Como cualquier dependencia, se manifiesta principalmente cuando necesitamos colmar un vacío afectivo o interior.
¿Alguna vez has sentido que una parte de ti "envenena" tu existencia? El alcohol suele ser la vía de escape para huir de esa realidad.
¿Por qué bebo? El Conflicto Emocional
Según la Biodescodificación, bebemos por motivos muy precisos que nuestro inconsciente intenta resolver:
Huir de la realidad: Cuando una situación (conflicto familiar, laboral) no nos conviene y duele.
Miedo a ser yo mismo: Bebemos para romper las inhibiciones y atrevernos a hablar o afrontar a la gente.
Resistencia a la autoridad (Papá): A menudo hay un conflicto con la figura paterna o la autoridad.
Soledad y Desvalorización: Sentimientos de ser inútil, inepto o incapaz. El alcohol actúa como un "pequeño tónico" para darnos una fuerza artificial.
El Mecanismo de la Tensión El cerebro graba una asociación peligrosa:
Siento tensión/dolor.
Tomo alcohol y la tensión baja (al principio).
Resultado: El cerebro aprende que "Alcohol = Bienestar inmediato" y crea un automatismo.
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Causas Físicas y Transgeneracionales
A veces el origen es aún más profundo:
El Ambiente Familiar: Si creciste viendo discordia o violencia, baja tu sentido moral y las estructuras éticas no se integran.
Hipoglucemia: El alcohol se transforma rápidamente en azúcar. A veces, la necesidad de beber es una necesidad biológica de "dulzura" (azúcar) que el cuerpo pide a gritos por tristeza.
Alergias: Curiosamente, puedes ser "alcohólico" solo de una bebida específica (ej. whisky o ginebra) porque eres alérgico/adicto a su ingrediente base (trigo, cebada) que te conecta con un conflicto antiguo.
La Solución: ¿Cómo sanar?
El alcohol crea un universo ilusorio para no enfrentar el presente. Pero cuando estás sereno, la realidad parece aún más difícil y llega la depresión.
La clave para sanar es dejar de buscar fuera (en la botella) el amor incondicional que quizás papá o mamá no te dieron. Es tiempo de fijarte en tus bellas cualidades. Acepta ordenar tu vida y empieza a amarte. Cuando te respetas más, dejas de necesitar la huida y empiezas a vivir de verdad.
